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45 | «Un aparejador en Alemania». Artículo para la Revista Alzada

Hace unas semanas se pusieron en contacto conmigo desde la Revista Alzada, la cual edita el del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Granada. En concreto fue Antonio Aguilera, el que me pregunto si me apetecía escribir un artículo en la nueva edición de la revista. Por supuesto, no me lo pensé dos veces y acepté encantado a la invitación, accediendo a escribir algo sobre mi experiencia personal. Desde aquí agradezco enormemente a Antonio y al equipo de la Revista Alzada y el COAAT Granada esta invitación y oportunidad.

En este post se reproduce el artículo que ha sido publicado en el último número de la revista. También puedes leerlo en la edición online de la revista Alazada 108.

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«Un aparejador en Alemania»

El tiempo pasa inexorablemente. 9 meses van a cumplirse desde que comencé mi aventura alemana como migrante en Berlín.

La invitación de la Revista Alzada del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Granada a colaborar con un artículo me hace especial ilusión y además llega en un momento muy oportuno, ya que este camino recorrido como migrante me permite hablar de manera consciente. Sé lo que he hecho bien, pero también en lo que he errado, conozco otros muchos casos de compañeros y migrantes españoles en Alemania, voy conociendo el sector de la construcción aquí y, por si fuera poco, hace algo de dos meses que estoy trabajando. Así pues, intentaré contar mi aventura alemana para que sirva, no sólo para conocer mi experiencia personal, sino para establecer aspectos relevantes y milestones que puedan servir a quien quiera emprender un camino similar como ingeniero del sector.

Mi experiencia personal como migrante

Emigrar hoy en día, en pleno siglo XXI no es como antes, al menos para migrantes cualificados. La preparación es vital. Para comenzar un proyecto así es preciso una preparación seria, aunque conozco gente que ha preparado su exilio con mucho menos tiempo y también sé de quien incluso no lo ha preparado. Emigrar, como todo, también es cuestión de gustos.

Mi intención de trabajar en Alemania me lleva a empezar a estudiar alemán. Por todos es sabido que sin el idioma las oportunidades de trabajar en un país extranjero son tremendamente escasas, las cuales pasan casi exclusivamente por trabajar con una empresa española que desarrolle su trabajo en Alemania. Conocedor de esto empecé a estudiar por mi cuenta y posteriormente realicé dos cursos de alemán en la Escuela Oficial de Idiomas.

Paralelamente, coincidiendo con la recta final de mis estudios de Ingeniería de Edificación, pensé que el Proyecto Final de Grado me ofrecía una buena oportunidad para adentrarme en el sector alemán. Así, decidí desarrollar un trabajo sobre mediciones y presupuestos en los proyectos de construcción en Alemania y su comparativa con España, desde la perspectiva de un ingeniero de edificación español. Este trabajo lo realicé dentro la línea de investigación abierta en la ETSIE de Granada de la mano del profesor D. Ildefonso Navarrete, lo comencé en febrero de 2012 y lo presenté en diciembre del mismo año. El resultado fue excelente, tanto a nivel académico como a nivel personal, ya que aprendí muchísimo sobre la legislación, la normativa y el proceso constructivo en Alemania.

Tras la conclusión del proyecto daba por finalizados mis estudios. Me encontraba en Madrid en busca de alguna oportunidad laboral que en Granada veía casi imposible. Lo cierto es que en Madrid tampoco pude trabajar en mi ámbito, pero sí tuve trabajos esporádicos que me permitieron sobrevivir. Esta situación, lejos de quedar como un tiempo inútil, me sirvió para formarme en project management, seguir adentrándome en el sector de la construcción alemana a través de lecturas y acelerar el aprendizaje del idioma. Esto me llevó a obtener el nivel B1 antes de llegar al país. Este nivel te permite comunicarte y desenvolverte con más o menos inconvenientes en las gestiones del día a día.

Con este “saco” llego a Alemania en septiembre de 2013. No había tenido contacto con ninguna empresa ni con ninguna oferta laboral desde España. Eso es algo que pensaría si volviera a emigrar.Al llegar, aparte de buscar alojamiento y pelearme con la burocracia alemana, empecé a buscar trabajo.

La demanda es potente. Si no tienes inconveniente en aterrizar en cualquiera ciudad alemana, la cantidad de ofertas para ingenieros en el sector de la construcción es enorme, al menos comparado con España. Los portales de empleo alemanes son paradisíacos comparados con los de nuestro país. Ahora bien, muchas ofertas, pero mis armas no eran las mejores: mi experiencia se limitaba a las prácticas de la carrera, había tardado en finalizar mis estudios mucho más tiempo que la media y, por si fuera poco, no conocía los “trucos” para aplicar a ofertas de empleo en Alemania. Esto último es todo un mundo. El currículo tiene que tener una estructura y contenido específico, la carta de presentación también tiene sus reglas, la fotografía tiene mucho peso, tanto que “debe” ser profesional e ir en la portada, los títulos y certificados hay que adjuntarlos… y todo tiene que ir en alemán, por supuesto. Una solicitud de empleo que se salga un poco del guión tiene las de perder (cuando se dice que los alemanes son muy cuadriculados no es sólo un cliché). Lo cierto es que eso lo fui aprendiendo sobre la marcha. Si a eso le sumamos que el nivel de alemán que tenía no era suficiente (hasta que no vives en un país, no puedes dominar un idioma), la competencia con otros ingenieros alemanes para los mismos puestos no me dejaba demasiadas opciones. La búsqueda de empleo de octubre y noviembre fue desastrosa a nivel de resultados. Tan sólo dos entrevistas con empresas intermediarias para ambos puestos similares como “Bauingenieur” (ingeniero de construcción). Ninguna llegó a buen puerto. Sin embargo, de los errores se aprende.

En ese tiempo me enteré de la posibilidad de hacer un curso de alemán orientado al mundo laboral. El curso estaba financiado por fondos europeos, a través la agencia de trabajo estatal, y consistía en cinco horas cada día, de lunes a viernes, durante 6 meses. Justo lo que necesitaba. Me apunté y lo comencé en diciembre. Este curso ha sido vital para mi situación actual aquí. A parte de aprender un idioma orientado al mundo laboral, que no es el aprendizaje habitual, lo haces a diario, durante cinco horas. Además, nos enseñaron a preparar un buen “Bewerbung” (solicitud de empleo). En ese tiempo también hice las gestiones para traducir mis títulos y certificados por un traductor oficial para poder incluirlos en la solicitud.

En marzo la cosa pintaba mejor. Durante ese tiempo, desde octubre, había estado trabajando de camarero para un par de agencias de catering, lo cual, sumado a las cinco horas diarias de curso, habían hecho subir mi nivel de idioma un par de escalones. Ahora tenía las solicitudes de empleo optimizadas tal y como las quieren aquí y los papeles oficiales traducidos. Decidí empezar a buscar trabajo de nuevo. Lancé a principios de marzo una tirada a unas 20 ofertas que me interesaban. Tras dos semanas tenía concertadas 4 entrevistas, una en Berlín, dos en Hamburgo y otra en un pueblo cerca de Stuttgart. La primera entrevista fue la de Berlín y fue la definitiva. Tuve que anular las otras 3. Posteriormente me han llamado de dos ofertas más para concertar entrevistas. Sin un currículo brillante y compitiendo con ingenieros nativos por las mismas plazas, fueron 6 las empresas interesadas para conocerme en una entrevista de un total de 20. Esto nos habla de la importancia de cumplir las bases: dominio del idioma, correcta solicitud de empleo y venderte bien (por ejemplo, ellos no saben lo que es un aparejador, ni un arquitecto técnico). Evidentemente, también hay que contar con la suerte. Cumpliendo las bases, también hay que tener suerte, pero sólo con suerte no se consigue demasiado.

El trabajo que acepté fue en un estudio de arquitectura. Somos 15 los que trabajamos directamente en proyectos. Dos gestores, 11 arquitectos y dos ingenieros. Actualmente hay 4 o 5 proyectos abiertos. En fase de ejecución sólo hay dos, uno de ellos bastante grande. Mi labor actualmente se ciñe sólo a ese proyecto, en la parte de dirección de obra. Mi contrato es de pruebas durante 6 meses. Todo está por ver después de ese tiempo, aunque por el momento estoy aprendiendo mucho y disfrutando la experiencia.

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Empezar en un país que no conoces no es nada fácil. Muchas cosas que se dan por hechas en tu país de origen aquí no lo son, y viceversa. Tras un aterrizaje no demasiado acertado, que si volviera a hacerlo lo haría con otras bases, todo fue cogiendo forma y, aunque no puedo considerarme totalmente adaptado, sí que he aprendido y avanzado lo suficiente como para poder contarlo.En resumen, ¿qué es necesario para conseguir un trabajo en Alemania como ingeniero en construcción?: dominar el idioma, conocer la normativa y legislación aplicables, venderte como requiere el sector aquí, optimizar las solicitudes de empleo al mercado alemán, un poco de suerte y, por supuesto, constancia.

El aparejador en Alemania

“Alemania necesita ingenieros”. Titulares como este aparecen, de manera esporádica desde comienzos de 2011, en la prensa escrita y los informativos en televisión y radio. El titular es cierto, los datos dicen que Alemania tiene una producción menor que su capacidad productiva y, según los expertos, lo que hace falta para mejorar ese rendimiento es más personal cualificado. Esta escasez de profesionales cualificados seguro se deba a varios factores, pero, a bote pronto, se me ocurre destacar dos: la moda no tener hijos y la efectividad del sistema de formación profesional, llamado, de educación “dual”.

Desde la reunificación alemana, tras la caída del muro, Alemania presenta una caída de su población constante, debido a la escasa tasa de natalidad. “Se puso de moda” no tener hijos, lo que supone una escasez considerable de población activa. A eso se une lo extraordinariamente bien que funciona el sistema de formación profesional en Alemania. Muchos jóvenes han optado por no ir a la universidad, porque las opciones profesionales que les ofrecía el sistema de educación “dual” era iguales o mejores que las que le esperaban a un universitario. Estas dos variables dan como resultado que a estas alturas de siglo XXI la población de trabajadores cualificados en Alemania no es suficiente para aprovechar toda su maquinaria productiva y, por ello, está llamando a las puertas de países cuya capacidad productiva no es suficiente para dar trabajo a todos los profesionales altamente cualificados que egresan de sus universidades.

Partiendo de la base de que esos titulares de reclutamiento de ingenieros tienen una base totalmente cierta, estamos obligados a poner todos los matices “olvidados” por los medios de comunicación y organismos oficiales en España. No todos los sectores tienen la misma demanda. Es algo que se deduce lógicamente, pero que los titulares no lo incluyen. Los sectores de las comunicaciones y de informática, por ejemplo, los cuales tienen una capacidad de absorción enorme y tremendamente rápida, no demandan igual que el sector de automoción, ya que para trabajar en este la competencia con el ingeniero alemán es mucho más alta que en otros sectores.

En construcción, por centrarnos, la cosa estaría en un punto intermedio, ya que, aunque el sector esté en pleno crecimiento y en tendencia positiva, la entrada en el mismo no resulta fácil. El dominio del idioma es imprescindible, cosa que no sucede en telecomunicaciones e informática. Y nótese que hablo de “dominar” el idioma, no basta con poder comunicarte. Por otro lado, en un sector como en nuestro y para una profesión como la nuestra o cualquier técnico o ingeniero que participe en un proyecto de construcción, conocer la legislación y normativa es fundamental. En ese nivel, el abanico de textos que reglan el ciclo de vida de un proyecto aquí en Alemania es muy extenso. Si bien es cierto que, comparando texto por texto, en la medida de sus similitudes, las directrices son muy similares a las existentes en España, es necesario conocer qué reglamentos rigen aquí y cuáles debemos usar en cada caso, ya sea para supervisar la ejecución de la cimentación o para conocer la documentación necesaria para pedir una licencia de obra o gestionar los plazos de garantías de los diferentes agentes que intervienen en el proceso.

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Como ingeniero de edificación, aparejador o como quieran que nos llamen podemos trabajar en el sector de la construcción en Alemania en muy diversos puestos, todos muy similares a los que tenemos en España. Partiendo de la base de que somos expertos en edificaciones, podemos trabajar en cualquier fase del ciclo de vida de un edificio: dirección de obra, dirección de proyectos, colaborando en la redacción y ejecución de los mismos, como ingenieros de pruebas en estructuras, eficiencia energética o protección contra incendios, como ingenieros consultores, ingenieros en procesos de producción de materiales, en diversas funciones de la facility management y en inmobiliarias, en entidades tasadoras, etc. La lista es muy extensa, al igual que lo es en España, aunque el tipo de proyectos, debido a que la situación del sector en sendos países es muy distinta, sea muy diferente.

Los casos de aparejadores españoles que conozco aquí son, por lo general, positivos. Conozco personalmente cuatro compañeros en Berlín y todos ellos están trabajando en el sector. También conozco, a través de las redes sociales, muchos otros que están trabajando en el resto de Alemania. Por el contrario, se de otros que se han vuelto a España porque no han podido colmar sus aspiraciones, ya sea porque les ha venido grande o porque la constancia no ha sido la suficiente. Sin duda alguna, tendrán sus razones, pero creo que una buena preparación y planificación de tus objetivos en Alemania, dado la buena situación del sector aquí, son la base para que todo vaya bien.

Considero que teniendo una buena preparación, el ingeniero español puede migrar cómodamente a Alemania. Cómodamente no quiere decir que sea fácil y, mucho menos, instantáneo. Los que llegamos recién titulados y sin experiencia tenemos ese hándicap, pero igual lo tenemos en España. Sin embargo, nuestra contratación es más fácil en cuanto a condiciones laborales y económicas, ya que tenemos una capacidad de adaptación mayor y, normalmente, estamos más libres de cargas. Por otro lado, el trabajador experimentado en España tiene una entrada directa al mercado alemán, con unas condiciones realmente buenas. La demanda es muy grande y el sector está en pleno crecimiento. Sin embargo, este perfil de trabajador puede tener otro tipo de inconvenientes, cargas familiares o sociales y menos capacidad de integración cultural e idiomática. Aunque, a decir verdad, no se puede generalizar. Hay casos de todo tipo y mucha culpa de que la experiencia sea positiva o no, la tiene las ganas que cada uno le ponga.

Sea cual sea, el camino que elijamos, éste debe hacerse con pasión, no hay otra manera.


 

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4 Responses to 45 | «Un aparejador en Alemania». Artículo para la Revista Alzada

  1. Dario 6 agosto 2014 at 01:10 #

    Que gran testimonio. A mi tambien me ha tocado emigrar por falta de oportunidades en el campo de la construccion y sin duda es dificil emprender por cuenta propia, sin embargo estoy totalmente de acuerdo en que lo importante es hacerlo con decisión, pasión y constancia. Historias así inspiran y motivan a luchar en tiempos difíciles. Mucho éxito.

    • Emilio Callejón 6 agosto 2014 at 18:42 #

      Muchas gracias por tus palabras Dario.
      Te mando ánimo y fuerza para tu aventura.
      Intentaremos seguir contando experiencias para que sirvan de estímulo a los muchos ingenieros y demás profesionales que se ven obligados a migrar. Poner un granito de arena no cuesta tanto.
      Un saludo

  2. Georgina 26 mayo 2015 at 00:13 #

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    Mil gracias por dedicarse unos segs en ver mi comentario, mis deseos de un buen día.

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  1. 45 | “Un aparejador en Alemania”. Artículo para la Revista Alzada | Zigurat Noticias - 19 agosto 2014

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